Métodos para hacer brotar semillas de alfalfa.
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Agregue 2 cucharadas de semillas de alfalfa limpias en ½ taza de agua fría en un recipiente y déjelas en remojo durante 8 horas o toda la noche.
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Drene toda el agua de las semillas de alfalfa y transfiera las semillas remojadas a un recipiente para germinar.
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Enjuague y escurra las semillas de alfalfa y repita 2-3 veces al día hasta la cosecha.
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Los pequeños brotes deberían comenzar a formarse en aproximadamente 3 días. Una vez que aparezcan las colas de los brotes, mueva el recipiente de brotes a luz indirecta para que crezcan hojas verdes. Evite la luz photo voltaic directa.
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Continúe enjuagando y escurriendo 2 o 3 veces al día hasta que los brotes hayan crecido alrededor de 3 pulgadas.
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Una vez que los brotes hayan alcanzado la longitud deseada, escúrralos bien, retire las cáscaras restantes y agréguelos a los platos.
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Verifique el crecimiento uniforme de los brotes.
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Coloque un paquete de brotes bien establecido en un recipiente limpio y manténgalo en el refrigerador para restringir el crecimiento de los brotes.
Comprar
La mayoría de los hogares preparan los brotes de alfalfa en casa. De lo contrario, se pueden conseguir en tiendas de comestibles de confianza conocidas por ofrecer verduras frescas y de la mejor calidad. Busque brotes con tallos blancos sanos y puntas verdes.
Evite los brotes cuyos tallos sean marrones o parezcan blandos, ya que pueden indicar deterioro.
Almacenamiento
Los brotes de alfalfa son muy perecederos por naturaleza y, por razones de seguridad, deben manipularse adecuadamente para evitar la contaminación bacteriana.
A continuación se ofrecen algunos consejos de almacenamiento:
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Los brotes de alfalfa tienen una vida útil relativamente corta, que suele durar entre 2 y 5 días en el refrigerador. Por lo tanto, consúmelos lo más frescos posible para obtener el mejor sabor y textura.
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Antes de guardarlos, asegúrese de enjuagar bien los brotes con agua fría y luego secarlos con una centrifugadora de ensalada o toallas de papel. El exceso de humedad puede provocar su deterioro.
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Coloque los brotes de alfalfa secos en un recipiente limpio y hermético o en una bolsa de plástico con cierre.
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Guarde el recipiente o la bolsa de brotes de alfalfa en el refrigerador, generalmente en el cajón para verduras, donde la temperatura es un poco más constante.
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No congele los brotes de alfalfa, ya que puede comprometer su textura y sabor.
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Revise los brotes periódicamente para detectar signos de deterioro y elimine los que estén blandos o descoloridos lo antes posible para evitar que afecten al resto.
NHS-Agencia de Normas Alimentarias cube “no debes comer brotes que ya hayan caducado y debes evitar el uso de brotes que se hayan vuelto marrones o hayan cambiado de shade”.
Métodos de preparación y servicio.
Es importante tener en cuenta que los brotes de alfalfa pueden contener bacterias transmitidas por los alimentos como la salmonella y la E. coli. Las señales de advertencia incluyen cualquier indicio de moho, humedad excesiva, coloración marrón o amarillenta de los tallos, apariencia blanda u olores que sugieran que los brotes podrían estar echados a perder. Los brotes que muestren cualquiera de estas características deben descartarse lo antes posible.
Para los consumidores, el Estados Unidos-FDA sugiere los siguientes consejos para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos al manipular y consumir brotes:
Preparación: Enjuague bien los brotes con agua corriente antes de usarlos, incluso si están etiquetados como “prelavados” o “listos para comer”. Este paso ayuda a reducir las bacterias que puedan estar presentes.
Cocinando: Cocinar bien los brotes puede ayudar a matar cualquier micro organism dañina. Considere cocinarlos en salteados, sopas u otros platos para reducir el riesgo de enfermedad.
Los brotes continúan creciendo mientras se almacenan. En casa, remoje los brotes frescos en agua y escúrralos para eliminar el metabolito que habría salido a la superficie durante el almacenamiento.
Los brotes limpios se pueden comer crudos, agregar en ensaladas y para cocinar. Evite cocinar demasiado.
A continuación se ofrecen algunos consejos para servir:
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Los brotes de alfalfa añaden textura, humedad y un delicado toque crujiente a una variedad de platos crudos o cocidos.
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Agregue brotes de alfalfa recién cultivados a ensaladas y ensaladas de col o rollitos de primavera.
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Agregue brotes de alfalfa frescos a sándwiches, hamburguesas, wraps o extiéndalos sobre tostadas para darle una capa adicional de sabor.
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Úsalos como aderezo para tacos, pasta o pizza, o flota sobre sopas.
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Los brotes también se pueden mezclar con salteados de arroz o verduras o cocinar en tortillas.
Perfil de seguridad
Los brotes de alfalfa limpios y frescos se digieren fácilmente y rara vez plantean problemas de flatulencia.
Sin embargo, la USFDA recomienda que las personas con sistemas inmunológicos debilitados, las mujeres embarazadas, los niños pequeños y los ancianos eviten comer brotes crudos debido a un mayor riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.: Seleccionar y servir productos agrícolas de forma segura.
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Lectura adicional:
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Consejos de seguridad para semillas germinadas Servicio Nacional de Salud.
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Producción de brotes- Universidad Estatal de Oregón.